Nuestros viajeros deben asumir que no somos turistas, sino viajeros que dan más importancia a las vivencias y experiencias que al confort.
Nos gusta salir de casa sin saber exactamente lo que vamos a vivir, construyendo así el viaje paso a paso. Algunos destinos nos permiten tener más flexibilidad, sin embargo en otros, para mantener un precio mochilero, debemos anticiparnos y reservar. En general, las rutas son prefijadas y revisables con el grupo, de esta manera todos contribuimos eligiendo nuestra aventura, ya que es un viaje de todos. Así, el grupo, asesorado y orientado por el coordinador, decidirá los alojamientos, sitios para comer, actividades o el ritmo del viaje.
En nuestro estilo de viaje huímos de los resorts lujosos y preferimos restaurantes, transportes y alojamientos sencillos que nos acercan a la forma de vida local (hostales, albergues, hoteles pequeños, casas de huéspedes, o campings), contribuyendo así al desarrollo de la economía local.
El coordinador es un viajero más que pone a disposición del grupo sus habilidades mochileras para asegurar que el viaje se desarrolle de la mejor forma posible, siguiendo el estilo de viaje que proponemos. No es un guía que sabe todo sobre el destino, sino un viajero experimentado con capacidad resolutiva, que lidera las cuestiones logísticas para que el viaje se desarrolle con fluidez.
Este estilo de viaje no es para todo el mundo. Nuestros viajeros son personas adaptables, de mentalidad abierta, con ganas de vivir este tipo de experiencias. Dejan a un lado las comodidades que disfrutan en su vida cotidiana para salir de su zona de confort, aprendiendo así a valorar las cosas y relativizar necesidades. Por ejemplo: La falta de cosas que consideramos “necesidades básicas”, como la señal de wifi o el agua caliente, nos puede hacer ver que no todo el mundo dispone de nuestros recursos.
Viajar en grupo supone una aventura compartida. Existe un equilibrio en el que cada viajero tiene derecho a construir el viaje expresando su opinión, y el deber de contribuir de forma positiva y constructiva. En un viaje se experimentan muchas emociones intensas, encuentros y desencuentros. La contribución y adaptabilidad de cada miembro del grupo es clave para que dichas emociones sean lo más positivas posible. Hay ocasiones en las que habrá tareas que desarrollar, y todos los miembros del grupo tienen la responsabilidad de colaborar (por ejemplo: Montar casetas de campaña, cocinar alguna cena, etc.)
Proponemos este estilo de viaje, como consecuencia de muchos años de experiencia como mochileros, que nos han enseñado a valorar que:
Viajar ligero de equipaje hace que le demos menos importancia a las cosas materiales
Viajar sin preocuparte tanto del confort te permite reducir lo que consideras “necesidades”
Viajar sin lujos te acerca al “lujo” de conocer realmente la vida local
Viajar en grupo te permite valorar que compartir es mucho más gratificante que el confort individual
La situación internacional es compleja, y resulta imposible prever situaciones inesperadas. Recomendamos que nuestros viajeros se informen de la situación del país en la página web del ministerio de asuntos exteriores www.maec.es y así decidir su incorporación al viaje.